Los problemas de lenguaje más frecuentes los podemos agrupar en estos 4 grupos:
- Las disfasias expresivas
- El trastorno mixto del lenguaje
- Las dislalias
- La tartamudez
Las disfasias expresivas
Se caracterizan porque el niño presenta un lenguaje expresivo por debajo de lo normal teniendo en cuenta su edad. Se suele tener un vocabulario reducido, cometer errores en tiempos verbales que ya debería haber adquirido, dificultades para nombrar las cosas, falta de fluidez verbal, frases demasiado cortas y un ritmo de lenguaje inadecuado. El niño con un disfasia expresiva comprende lo que otros le dicen de forma adecuada teniendo en cuenta su edad y desarrollo.
En el trastorno mixto del lenguaje
Se añade un problema de comprensión. El niño no puede comunicarse con su entorno porque no entiende los mensajes y no consigue expresar lo que desea.En las disfasias mixtas la capacidad para comprender y expresar está por debajo de lo normal teniendo en cuenta su edad y desarrollo en el resto de las áreas.
Las causas de los trastornos del lenguaje expresivo y mixto no se conocen todavía. Muchos estudios hablan de múltiples factores que influyen en el desarrollo del trastorno, pero éstos, no siempre están presentes. Estas posibles causas se relacionan con:
- Los problemas auditivos, como las otitis de repetición, en la primera infancia causan déficits en el desarrollo del lenguaje y la comunicación ya que ese niño no ha podido percibir con nitidez los sonidos de su entorno.
- En el caso de niños que tienen dificultades únicamente en la expresión o producción del lenguaje, se pueden estudiar posibles problemas en la coordinación y control muscular de la producción del habla.
Uno de los factores que ha mostrado mayor relevancia en los estudios de las disfasias son las alteraciones del sistema nervioso. Los retrasos en la madurez cerebral se han planteado, al respecto, como la posible causa de los retrasos en el desarrollo del lenguaje infantil.
A través de la Pedagogía de la escucha, el niño se va abrir a un análisis más completo de los sonidos y a una descodificación mejor del lenguaje, una mejor expresión vocal. La discriminación fina de la sucesión de sonidos, permitirá una escritura y lectura más fluidas, lo que le dará más confianza en sí mismo.
La audición de un niño puede ser "normal", es decir, libre de impedimentos médicamente detectables, pero esto no significa imperativamente que el niño escuche eficazmente. No es lo mismo oír que escuchar.
Las dislalias
Llamamos dislalia a la presencia de dificultades en la pronunciación y la articulación de los sonidos de la lengua.
Entre los 12 y los 18 meses de edad, el niño dirá “lete” cuando se refiera a “leche” o “mimir” por “dormir”. Estos errores son la consecuencia de la inmadurez de su lenguaje que tiende a simplificar los sonidos. Con la adquisición de habilidades articulatorias, los patrones fonatorios se irán automatizando y mejora su pronunciación y su fluidez verbal.
Cuando este proceso no se realiza con normalidad hablamos de dislalias. El trastorno fonológico o dislalia consiste en la incapacidad del sujeto para pronunciar correctamente los sonidos del habla que son esperables según su edad y desarrollo. Este trastorno produce errores como la sustitución de una letra por otra ( dice “tasa” en vez de “casa”) o la omisión de consonantes (“Aquel” en vez de “Raquel”).
Este trastorno del lenguaje suele presentarse entre los tres y los cinco años y es el más común en la infancia.
La Tartamudez
La persona con tartamudez tiene dificultades con el ritmo del lenguaje produciéndose bloqueos y repeticiones.
En el complejo proceso de adquisición del habla es muy frecuente la aparición de dificultades en la fluidez alrededor del tercer año de vida. Esto es debido a que, a esta edad, el niño no domina la coordinación de los músculos implicados en el habla, puede tener problemas para recordar las palabras adecuadas o se siente todavía inseguro al hablar. Sin embargo, estos problemas ocasionales son, en la mayoría de los casos, pasajeros y producto de una adquisición normal de las habilidades del habla.
Cuando estas dificultades en la fluidez no desaparecen y se hacen cada vez más frecuentes hablamos de tartamudez. Éste consiste en una interrupción en el ritmo o fluidez del habla con una frecuencia mayor de lo que se considera normal a su edad. Estas alteraciones en el habla pueden ser:
- Repeticiones de sonidos, sílabas o palabras.
- Sonidos inusualmente largos
- Balbuceos frecuentes (Buueno, eeejem, etc.).
- Pausas dentro de una palabra.
- Exceso de tensión física.
El mantenimiento de la falta de fluidez en el habla a largo plazo se relaciona con un problema de ansiedad y temor. En general, no presentan dificultades al hablar en voz alta, leer de manera seguida o cantar, siempre y cuando se hallen solos. El retraimiento y ansiedad, la baja autoestima y la escasez de habilidades sociales pueden convertir una dificultad ocasional y temporal en un trastorno persistente.
Los estudios apuntan a dos áreas problemáticas en dos funciones del oído:
- la del retorno y la de
- la lateralización.
- Las personas tartamudas presentan una falta de control del habla; esto es debido a los problemas de retorno interno, es decir, la conciencia sonora de lo que han dicho les llega con un desfase, por lo que se repiten ante la suposición de que lo dijeron mal.
- Tomatís indicó que existe también una lateralización en la escucha. La determinación cerebral del oído dominante se realiza en la primera infancia. Las personas que tienen dominio auditivo con el oído izquierdo procesan los sonidos más lentamente y aprenden más lentamente, mientras que los que utilizan el oído derecho como el oído directriz utilizan vías más eficientes para el procesamiento auditivo y para el control audio-vocal de su propia voz. Esto es por la asimetría de los circuitos audiovocales. El circuito audiovocal derecho es mucho más corto: el oído derecho envía directamente las señales auditivas a los centros del lenguaje en el hemisferio izquierdo, mientras que el oído izquierdo manda su información primero al hemisferio derecho antes de ir al izquierdo donde se analiza. Se trata de un recorrido más largo y lento que genera problemas de comprensión y comunicación (menos fluida, sin ritmo).
Está comprobado clínicamente que la mayoría de los tartamudos tienen una exagerada lateralización a la izquierda, acarreando las consecuencias que ya hemos visto.
Si la escucha no se da de forma óptima, la comunicación no puede ser eficaz.
Como ya nos hemos podido dar cuenta tener una buena audición no implica necesariamente tener una buena escucha. La escucha se caracteriza por la calidad de la percepción e interpretación del mensaje recibido, la capacidad de mantener la atención y la real intención de comunicar.
Por eso la Pedagogía de la Escucha según el Dr. Tomatís puede ayudar en casos de dificultades en la comunicación como:
- La falta o la pérdida del deseo de hablar y comunicar
- La dificultad en la fluidez verbal
- La ausencia en la exactitud y precisión en el discurso
- La poca expresividad de la voz, por falta de modulación o de entonación
- La pérdida del control de la intensidad, ya sea por defecto o por exceso
- El ritmo y la velocidad del habla
- La impresión de forzar o abusar de su voz cuando se habla
El doctor Alfred Tomatís puso de manifiesto, que las dificultades en la comunicación podían ser detectadas y analizadas directamente a través del Test de Escucha. En función de estos resultados, se elabora una programación de escucha individual para que la persona pueda mejorar e incrementar sus capacidades de comunicación.
