La importancia del Sistema Auditivo
La importancia del oído y del proceso auditivo en el desarrollo del lenguaje constituye la base de la Pedagogía de la Escucha Tomatís. El niño oye y comprende los sonidos del lenguaje años antes de aprender a leer y a escribir. Desarrolla el lenguaje hablado gracias a la escucha de los sonidos del lenguaje de las canciones, rimas infantiles y de los estímulos que recibe de sus padres y hermanos.
Dependiendo de la escucha del niño variará el resultado de la integración de los sonidos del lenguaje. La audición de un niño puede ser “normal“, es decir, libre de impedimentos orgánicos médicamente detectables, pero esto no necesariamente significa que el niño escuche correctamente.
Oír y Escuchar no es lo mismo
Para el Dr. Tomatís que hay que distinguir entre “escuchar” y “oír”. Ambas realidades están relacionadas, pero son procesos distintos. Por “OÍR” entendemos una sensación que es un proceso pasivo en el que simplemente se nota el sonido. “ESCUCHAR”, es una percepción, un proceso activo con voluntad de prestar atención, que permite un análisis rápido y preciso y selectivo de los sonidos que se oyen.
Establecer una analogía entre oír y escuchar por una parte, y ver y mirar, por otra nos puede ayudar a una mejor comprensión de estos conceptos. Mirar es el proceso de fijar la vista para realizar un análisis preciso de lo que la persona está viendo.
Lo mismo puede decirse de oír y escuchar. Escuchar, al igual que mirar, es un proceso activo que consiste en atender conscientemente y que posee un componente volitivo. Debe existir el deseo, así como la capacidad, de escuchar para que haya un buen reconocimiento y análisis del sonido, particularmente para los sonidos complejos del lenguaje. Escuchar bien implica que la persona es capaz y quiere controlar su audición. La definición de Tomatís de la posibilidad de escucha incluye componentes tanto neurofisiológicos como volitivos.