Desarrollo Práctico de la Pedagogía de la Escucha
La estimulación auditiva Tomatís se realiza con una serie de Sesiones de Escucha de un material sonoro grabado de forma especial. Cada sesión tiene una duración de 30 minutos.
Cada persona realiza, por regla general, una tanda de 60 Sesiones de Escucha repartidas en un periodo de de tiempo de tres a cuatro semanas a razón de 15 a 20 Sesiones por semana agrupadas en tres sesiones diarias (90 minutos) con una periodicidad minima de tres días por semana.
Se guarda un periodo de descanso de otras tres o cuatro semanas y se repite una tanda de 30 Sesiones una o dos veces más si se viera necesario.
Durante la Sesión de Escucha, se recibe el sonido a través de unos cascos provistos de auriculares, así como de un dispositivo de conducción ósea (vibrador óseo). La intensidad o volumen de los sonidos presentados se ajusta al nivel que le sea cómodo a cada individuo y que, en la mayor parte de los casos, oscila entre 60 y 80 decibelios (es decir, un nivel ligeramente más alto que el de una conversación telefónica).
El soporte sonoro que se recibe durante la sesión puede consistir en música de Mozart, canto gregoriano o voz humana.
A veces los soportes sonoros se pasan por filtros electrónicos. Esto significa que la música o la voz han sido modificadas para reducir la presencia de los sonidos de frecuencias más bajas, dando prioridad a los de frecuencias más altas.
Antes de que el sonido llegue al oído de la persona, es modificado aún más por un dispositivo electrónico que el Dr. Tomatis ha llamado el " Oído Electrónico", y que modifica los sonidos de dos formas que se alternan sucesivamente con notable rapidez. En una de ellas, se acentúan las frecuencias más bajas del sonido que llega y se disminuyen las frecuencias más altas; esto provoca un estado de no-adaptación (de audición pasiva). En la otra, se acentúan las frecuencias más altas del sonido que llega y se disminuyen las frecuencias bajas, lo que provoca una adaptación o respuesta de atención auditiva (atención focalizada de la escucha).
Presentar el sonido de esta manera impone al oído, en una sucesión rápida, un tipo de estimulación que induce alternativamente a una no-adaptación (las frecuencias más bajas son acentuadas) seguido de otro tipo de estimulación que obliga al oído a adaptarse o a prestar atención (las frecuencias más altas son acentuadas).
Después de escuchar repetidamente sonidos de música y de lenguaje modificados de esta manera, el oído se condiciona a prestar mayor atención al sonido. Así, esta adaptación o respuesta de atención se fortalece continuamente. Las posibilidades de escucha, por lo tanto, se intensifican y la repetición crea un efecto de remanencia.